Ejecución
Las bailarinas bien entrenadas hacen parecer que no les cuesta ningún trabajo bailar en puntas, pero ejecutar un trabajo de puntas correctamente es uno de los aspectos más difíciles del ballet. Conforme te levantas en puntas ya sea pasando por todas las partes del pie o saltando, debes mantener tu pierna completamente recta. Tus músculos abdominales deben comprometerse con mantenerte en equilibrio mientras tus pies y piernas trabajan para levantarte sobre la punta de tus zapatillas. No es correcto colocar el peso sobre la zapatilla manteniendo tu peso sobre la orilla de la caja de la zapatilla para que tus talones se inclinen hacia el piso. En lugar de esto, apunta tu pie para que esté completamente derecho verticalmente y con tu peso completamente sobre los dedos de tus pies. Cuando bajes de la posición en puntas deberías levantar con la parte superior de tu cuerpo utilizando los músculos de tus pantorrillas para bajar a una posición plana en lugar de “caerte” de las puntas de manera súbita y poco agraciada.
Requisitos físicos
El trabajo en puntas puede ser peligroso, aún para bailarinas experimentadas, pero los bailarines que no tiene las características físicas para hacer trabajo en puntas podrían estar en un riesgo aún mayor de lastimarse a si mismos. Los bailarines no deberían intentar trabajar en puntas hasta que los huesos de sus pies estén completamente desarrollados, generalmente alrededor de los 11 o 12 años. Un bailarín debería tener el permiso de su maestro antes de comprar zapatillas de punta. Ya que pararse de manera correcta en las puntas requiere que el pie esté constantemente apuntado, los bailarines con pie plano o arcos muy bajos pueden encontrarlo excepcionalmente difícil y hasta imposible de dominar. Los bailarines con pies muy arqueados tendrán más aptitud para pararse en puntas pero podrían estar tentados a apuntar más allá de lo que permite la caja debido a la flexibilidad de sus arcos. Cuando un bailarín se pasa de lo que la caja de la zapatilla permite, estira demasiado el metatarso, dedos y tobillos, haciendo que sea más fácil lastimarse en el pie o tobillos.